La Biblia es la palabra inspirada de Dios.
Es verdadera en todo lo que enseña. Como palabra perfecta de Dios, es nuestra única autoridad para lo que creemos y como vivimos (2 Tim. 3:15-17). Debe ser estudiada por todos los hombres en todas partes, y sólo puede ser claramente entendida por la dirección del Espíritu Santo (1 Juan 2:27)
Solo hay un Dios.
Creemos en un Dios único, eterno y siempre vivo: infinito en poder, santo en naturaleza, atributos y propósito; y poseedor de una deidad absoluta e indivisible Él se nos ha revelado como nuestro Padre, en su hijo Jesucristo y por medio del Espíritu Santo. Jesucristo es el Hijo de Dios, es decir, el único Dios manifestado en y a través de una vida humana autentica. Ver a Jesús es ver a Dios.
(Deut. 6:4; Juan 14:9; Efesios 4:4-6; Colosenses2:9; 1 Tim. 3:16)
Todos han pecado y necesita salvación.
La salvación viene por gracia mediante la fe basada en el sacrificio expiatorio de Jesucristo.
(Romanos 3:23-25; 6.23; Efesios 2:8-9)
El Evangelio es la buena nueva (noticia) de que Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucito.
Obedecemos el Evangelio arrepintiéndonos de nuestros pecados (muerte al pecado), siendo bautizados en agua en el Nombre de Jesucristo para el perdón de nuestros pecados (sepultara) y recibiendo el don del Espíritu Santo (resurrección). Esta experiencia concuerda con el patrón de conversión de la Iglesia primitiva.
(1 Corintios 15:1-4; 2 Tes. 1:8; 1 Pedro 4:17; Marcos 1:15; Hechos 15:7; Romanos 6:3-4; Hechos 2:4, 37-39; 8.9-17; 10.1-48; 19.1-7)
Creemosen el bautismo del Espíritu Santo.
Prometido por Dios en el Antiguo Testamento y derramado después de la glorificación del Señor Jesucristo, que es quien lo envía. Creemos también que el Espíritu Santo es potencia que permite testificar de Cristo y que sirve para la formación de un carácter cristiano más agradable a Dios.
(Joel 2:28, 29; Juan 7:37-39; 14:16-26; Hechos 1:8; 2:1-4, 16-18; Gálatas 5:22-25)